Con estas palabras que a continuación podéis leer, D. Vicente Bayarri Lluch daba la bienvenida a los lectores de «El Turista Fallero» en aquel mes de Marzo de 1942.
Amigo turista:
En nombre de Valencia te damos la bienvenida.
Para ti hemos formado estas páginas. Creíamos que hacía falta una publicación que explicase, en forma más comprensible para el forastero, todo el folclore de la fiesta fallera, y la chispeante sátira de los improvisados monumentos al buen humor.
Estos días, amigo turista, te encontrarás, en las calles y plazas de nuestra ciudad, una Valencia alegre y despreocupada; una Valencia divertida hasta la locura, que no cesa de reír, de cantar, de disparar tracas y escandalizar el aire con sus músicas; una Valencia derrochadora de arte, de ingenio, de riqueza, de vitalidad desbordada. Una Valencia muy mediterránea, que es como decir con mucha luz , con mucha forma, con mucho color; una Valencia barroca y externo-vertida, bajo un cielo tibio azul y sol azucarado.
¡Ah! Pero has de saber también, amigo turista, que esta Valencia tiene también otra cara, que no verás estos días, y es la de la Valencia trabajadora infatigable, forjadora de su rica agricultura, de su artesanía incomparable, de su a aquilatado arte, de su fino espíritu aristocrático, de su religiosidad acrisolada.
Aquella y esta Valencia: dúctil, polifacética, grandiosa, única, y acogedora, que desea hacerse grata al visitante en su fiesta más típica. ¡Feliz si lo consigue y nosotros la ayudamos a ello!