El número 7 ha fascinado a lo largo de la historia, apareciendo como un símbolo de misterio y poder en diversas culturas y creencias. En la numerología, el 7 es considerado un número espiritual y místico, asociado con la introspección, la sabiduría y la búsqueda de la verdad. Es famoso por sus apariciones en la religión, como los siete días de la creación en la Biblia o las siete maravillas del mundo antiguo. Y también en la naturaleza donde se encuentra en fenómenos como el arco iris, que se divide en siete colores, o en el ciclo lunar, compuesto por siete días de la semana. El siete parece tener un poder especial y, si nos dejamos guiar por lo menos mundano, la calidad de la falla municipal de 2026 será de otro planeta porque siete son los proyectos que compiten para plantar. Conscientes de que la falla del Ayuntamiento es un escaparate sin igual, más allá de la plataforma de creatividad y expresión artística que es, los artistas falleros se han lanzado a una competición con pocos precedentes presentando propuestas innovadoras, con una mezcla de tradición y modernidad que buscan sorprender a los miles de espectadores que acuden cada año a disfrutar de esta falla siempre y cuando «encandilen» previamente al jurado. La amplia cantidad de proyectos con los que cuenta el concurso municipal este año permiten a su vez que los candidatos puedan apostar por una variedad de estilos y enfoques, desde las intervenciones más tradicionales hasta propuestas más conceptuales, impulsadas por algunos de los mejores nombres del arte fallero contemporáneo y de otras disciplinas que no pasan desapercibidas.

Foto de Biel Aliño
Manolo García, maestro del arte de la vareta, firma dos propuestas de gran impacto: «En peligro de extinción» y «La vanidad» son sus dos proyectos, el segundo de los cuales cuenta con el reconocido diseñador de moda Francis Montesinos para su ejecución. No sería su primera incursión en el arte de plantar falla en la plaza grande. En 1986 fue el encargado de diseñar la vestimenta de los ninots de la Falla Municipal en aquella «L’estoreta velleta» que propuso Manuel Martín López en colaboración con Sento Llobell. La unión de la moda y la tradición fallera podría dar lugar a una obra que combine ambos mundos de una manera única, fusionando el arte y la estética con la crítica social y cultural que caracteriza a nuestra fiesta. Por otro lado, el dúo formado por Manuel García Lleonart (hijo del anterior) y Javier Valiente, conocido como “Falles Revolution”, se presenta con dos propuestas fascinantes: «Intel·ligència» y «Redempció». García Lleonart y Valiente se han consolidado como referentes en el ámbito de las Fallas más experimentales y conceptuales cuyos trabajos provocan una profunda reflexión en el espectador. Sus creaciones se caracterizan por un enfoque contemporáneo que invita a la reflexión y la crítica social apostando por un enfoque más filosófico y menos decorativo.

Fotografía de José Espolín
Otro de los nombres reconocidos en la fiesta fallera, Pere Baenas, también presenta dos propuestas para la falla municipal de 2026: «Tots a una Veu» y «Llum» son sus apuestas. Baenas ha tenido una relación estrecha con las fallas, habiendo ganado la Especial y plantado la falla municipal en cinco ocasiones anteriores, una experiencia y dominio del arte fallero que le convierten en un candidato más que potente. El último tándem es el que conforman Alejandro Santaeulalia y Vicente Llácer, dúo de larga trayectoria que se postula con la propuesta «Hope». Esa «esperanza» puede ser la de repetir juntos el éxito que «Fauna fallera» fue este año desde la plaza del Ayuntamiento. Muy bien recibida por el público en general, impactó en lo visual y divirtió por la manera en que la naturaleza conquistaba nuestra fiesta. Sea como sea, que el concurso tenga siete propuestas diferentes es bueno para el propio certamen. Ahora la decisión queda en mano de los jurados, que anunciarán próximamente su veredicto.